Javier Reverte recorrió el mundo escribiendo sobre las gentes que encontraba y los lugares que visitaba, ofrecía una visión muy humanista, describiendo los paisajes y las relaciones que establecía con las personas que se encontraba en el camino.
Era el tipo de relatos que te anima a viajar. Siguiendo sus pasos viajé por la costa de Turquía haciendo el mismo recorrido que describía su libro El Corazón de Ulises, después muchos de sus libros fueron en mi equipaje y me acompañaron, como Vagabundo en África o El Río de la Desolación.
Lo conocí en Madrid en la Feria del Libro y le comenté que hacía a mis alumnos leer El Corazón de Ulises en una asignatura, sonrió y me dijo: "no haga eso, hay otras cosas mucho más interesantes que leer". Era humilde y modesto. Yo sabía aquel día que estaba ante uno de los grandes maestros de la literatura de viajes de todos los tiempos.
Javier Reverte decía que hay dos tipos de viajes, el que se emprende sin olvidar el regreso al hogar, por mucho tiempo que se emplee en el camino, y aquel que no busca otro fin que seguir y seguir más allá. Viaja para siempre, querido maestro, aquí nos dejas tus libros que nos acercan a esos lugares lejanos y nos aportan tanta sabiduría. Gracias por tu gran legado.
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